Romanos 1:17
Porque en el evangelio la justicia de Dios se
revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Martín Lutero de forma no intencional (por lo menos al principio),
llegaría a reformar el mundo conocido en el siglo XIV. Y es que siendo un joven monje sometido a sus autoridades, no
mostraba ninguna señal de que en su interior tuviera el potencial de liderar
una revolución espiritual que haría temblar las antiquísimas doctrinas de la iglesia con poder político de ese entonces.
Era un hombre con
una misión, pero esa misión no era exponer los errores de la religión. Su
misión era, simplemente cumplir con el ministerio de la reconciliación. No le habían enseñado lo que
la mayoría de nosotros sabemos: que Jesús vino a reconciliamos con Dios y que
creer en Él es lo que apacigua la ira de Dios.
La Edad Media fue
una época oscura porque no había luz de la verdad del Evangelio que penetrara
los corazones de las personas. Era ilegal que una persona común poseyera una
Biblia. Las únicas Biblias disponibles estaban en latín, para uso exclusivo de
los sacerdotes, muchos de los cuales nunca las habían leído. Las tinieblas espirituales
siempre acaban por cubrir territorios, naciones y, en este caso, continentes
enteros. Y para el sensible Lutero, estas enseñanzas erradas acerca de Dios
eran un tormento eterno.
Lutero entró en contacto con la Biblia y mostró el poder de lo que puede pasarle a alguien que entra en contacto directo con la Palabra de Dios.
Lutero no se
metió en problemas hasta que anunció la Buena Noticia a su mentor y a otros
líderes. También se metió en problemas por tener algunas preguntas que, de no
haber sido por la divina providencia, lo habrían llevado a morir quemado en la
hoguera. El texto completo de estas noventa y cinco preguntas, conocidas como
las "Noventa y Cinco Tesis", está impreso al final de este capítulo.
Las revelaciones de la mayoría de las verdades bíblicas que hoy consideramos
comunes provienen de ellas.
El acto de clavar
las noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg es uno de
los hechos más famosos de la historia de la iglesia, y tuvo tal divino impacto
sobre esta Tierra que aún hoy sentimos sus repercusiones.
Aunque muchos
grandes hombres y mujeres fueron parte activa de lo que se conoció como la
Reforma, en toda ocasión en que se habla o se escribe sobre ella, el nombre de
Lutero está a la cabeza de la lista de quienes la impulsaron.
1.- Atrevidos para
predicar el mensaje de Salvación correcto:
Romanos 1:15-16
15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a
anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. 16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque
es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y
también al griego.
Dios quiere que nuestra
nueva vida seamos voluntarios para llevar el mensaje como el Profeta:
Isaías 6:8
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A
quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí,
envíame a mí.
La clave: IR
2.- Atrevidos para hacer
frente a la injusticia del hombre:
Romanos 1:18
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad;
Tal y como preguntó
Pilatos ¿Cuál es la verdad?
Jesucristo es la verdad
Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y
la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
La Edad Media fue
una época tan oscura. Nadie reconocía públicamente la verdad y la luz de Jesucristo.
Aun aquellos que eran letrados no podían o no deseaban discernir la verdad de
la mentira.
A través de la
verdad somos justificados para recibir la justicia de Dios; de otro modo, sería
por nuestra propia justicia y así no funciona:
Romanos 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Hacemos frente a la
injusticia cuando osadamente llevamos una vida santa apegados a la voluntad de
Dios, aunque no podamos ser perfectos:
Romanos 6:12-13
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo
mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,
sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
3.- Atrevidos para
conocer a Dios y glorificarle (darle honra):
Romanos 1:21-22
Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando
ser sabios, se hicieron necios,
1 Corintios
3:18-19
18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre
vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser
sabio. 19 Porque la sabiduría
de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los
sabios en la astucia de ellos.
Romanos 12:16
Unánimes entre vosotros;
no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra
propia opinión.
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