Romanos 6:13
ni tampoco presentéis vuestros
miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros
mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como
instrumentos de justicia.
Isaías 64:6 (BTX)
Todos nosotros somos como cosa
impura, Y nuestra justicia como trapo de menstruo. Todos nosotros nos
marchitamos como hojas, Y la mano de nuestras iniquidades nos arrastra como el
viento.
Es
necesario entonces que sepamos ¿Qué es
la justicia?
Es un principio moral que inclina a
obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde;
incluye un conjunto de valores tales como la honradez, honestidad, equidad y
libertad.
Según
la Biblia:
Las Escrituras nos enseñan la
diferencia entre la justicia del hombre y la justicia de Dios; ésta es una
cualidad exclusivamente divina, y esa justicia nos alcanzó a través de la obra
expiatoria de Cristo. Aunque el hombre no puede ser justo (es decir aplicar
justicia) desde su propia naturaleza, es a través de Cristo que Dios nos ve
justos porque nos justificó:
Romanos 3:24-26
24 siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la
fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto,
en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar
en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al
que es de la fe de Jesús.
El
texto en Romanos 6, nos señala que debemos ser instrumentos de justicia, pero
sabemos cómo serlo:
Romanos 6:13 (b)
(…), sino presentaos vosotros
mismos a Dios (…).
¿Cómo ser instrumentos de
justicia?
1.-
Presentándonos vivos a Dios:
Como un obrero aprobado:
2 Timoteo 2:15
Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que
usa bien la palabra de verdad.
Como piedras vivas:
1 Pedro 2:5
vosotros también, como piedras
vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
2.-
Presentándonos voluntariamente a Dios:
La entrega voluntaria requiere obediencia:
Romanos 6:17-18
17 Pero gracias
a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a
aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser
siervos de la justicia.
La entrega voluntaria requiere el
uso de un traje nuevo:
Colosenses 3:12
Vestíos, pues, como escogidos de
Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad,
de mansedumbre, de paciencia;
3.-
Presentándonos aun en el cuerpo:
Romanos 6:13 (d)
(…) y vuestros miembros a Dios como instrumentos
de justicia.
Romanos 12:1
Así que, hermanos, os ruego por
las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
El cuerpo es parte del ser, éste se
convierte en residencia del Espíritu Santo:
1 Corintios 6:19
¿O ignoráis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios,
y que no sois vuestros?
El cuerpo es parte del ser, éste
también es santificado:
1 Tesalonicenses 5:23
Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Debemos reflexionar preguntándonos hoy: ¿soy un instrumento de justicia para Dios?
Pastor Heyvi Castillo
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