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miércoles, 23 de octubre de 2024

Inteligencia Emocional en la Pareja (2da parte)

 



2 Timoteo 1:7 (Nueva Traducción Viviente)

Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.

    La inteligencia emocional nos ayuda a percatarnos de la presencia activa de los sentimiento y emociones que en muchas ocasiones suelen correr libremente desde el "corazón" hasta los labios o hasta la conducta; y la excusa que damos para este tipo de comportamiento normalmente es: "no tengo control de lo que siento". Sin embargo, claramente el Cristo nos enseña que como creyente hemos recibido el Espíritu Santo que nos ayuda a tener control a través de la autodisciplina.

    Para esto, requerimos: 

1.- Desarrollo de la templanza

    La templanza es una cualidad de carácter que implica:

* Auto-conocimiento = reconocimiento de nuestras reacciones.

* Identificar y comprender nuestras emociones = gestión eficiente y eficaz de las mismas.

* Toma de decisiones correctas y oportunas = dominio propio

   Otro aspecto de la inteligencia emocional en relación a la practica del dominio propio es

2.- La Comunicación efectiva

La comunicación abierta y honesta es vital en una relación saludable de pareja. Se recomienda aprender a expresar tus emociones y necesidades de manera clara y respetuosa, pero también recuerda escuchar activamente a tu pareja sin juzgar y haz preguntas para comprender mejor.

     Y, como la cereza que adorna el pastel dándole un gusto  apetecible debemos estar dispuesto a la:

3.- Resolución de conflictos

Las relaciones de pareja suelen tener desacuerdos y conflictos, te sugerimos que en lugar de evitar o suprimir los conflictos, aprendas a abordarlos de manera constructiva. Utiliza habilidades de negociación y compromiso para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias, claro, sin olvidar que también es importante saber perdonar y soltar resentimientos pasados para poder avanzar juntos. Para lograr esto podemos seguir algunas orientaciones:

3.1 No atacar a la persona

Es muy fácil decir frases que van directamente a hacer daño. Es posible que nuestra pareja haya hecho cosas mal, y que tengamos razón al decírselo, pero transformándolo en un ataque no es la mejor manera.

Estos comentarios llenos de bilis nos salen del interior, y nos satisfacen a corto plazo. Estamos soltando un poco (o mucho) la tensión. Pero después, ese ácido se transformará en sufrimiento, distanciamiento, frialdad. La relación quedará dañada, a veces sin haber posibilidad de cicatrización, siendo la causa directa de la ruptura.

3.2.- Buscar una solución conjunta

Toda pareja tiene necesidades, problemas que deben ser resueltos. Como la pareja es cosa de dos, es necesario que la solución sea consensuada.

Buscar una solución conjunta, pactada por ambos y en la que se esté de acuerdo es una muy buena forma de asegurarse de que la relación se mantiene viva. Así ambos nos sentiremos escuchados y respetados, lo cual nos ahorrará reproches en un futuro.

3.3.- Ceñirse a los hechos

Un esposo o una esposa siempre harán algo que no le gusta a su pareja, a momento de comentárselo es muy importante ceñirse a los hechos, sin exagerar las cosas o generalizar, ni suponer, aunque creas tener razón.

A nadie le gusta que le digan que hace todo mal. Es muy importante limitarse a la realidad, indicar aquello que no nos ha gustado sin añadirle detalles innecesarios o usar frases como “siempre haces lo mismo” o “nunca haces nada bien”.

Finalmente...

Puedes obtener el conocimiento para practicar la inteligencia emocional y fomentar un matrimonio fuerte y saludable. Controla tus emociones y sé sensible a las de tu cónyuge, responde de manera que ambos se sientan bien.


Pastor Heyvi Castillo. 


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