2 Timoteo 1:7 (Nueva Traducción Viviente)
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino
de poder, amor y autodisciplina.
La inteligencia emocional nos ayuda a percatarnos de la presencia activa de los sentimiento y emociones que en muchas ocasiones suelen correr libremente desde el "corazón" hasta los labios o hasta la conducta; y la excusa que damos para este tipo de comportamiento normalmente es: "no tengo control de lo que siento". Sin embargo, claramente el Cristo nos enseña que como creyente hemos recibido el Espíritu Santo que nos ayuda a tener control a través de la autodisciplina.
Para esto, requerimos:
1.- Desarrollo de la templanza
La templanza es una cualidad de carácter que implica:
* Auto-conocimiento = reconocimiento de nuestras
reacciones.
* Identificar y comprender nuestras emociones =
gestión eficiente y eficaz de las mismas.
* Toma de decisiones correctas y oportunas =
dominio propio
Otro aspecto de la inteligencia emocional en relación a la practica del dominio propio es
2.- La Comunicación efectiva
La comunicación abierta y honesta es vital en una relación
saludable de pareja. Se recomienda aprender a expresar tus emociones y
necesidades de manera clara y respetuosa, pero también recuerda escuchar
activamente a tu pareja sin juzgar y haz preguntas para comprender mejor.
3.- Resolución de conflictos
Las relaciones de pareja suelen tener desacuerdos y conflictos, te sugerimos que en lugar de evitar o suprimir los conflictos, aprendas a abordarlos de manera constructiva. Utiliza habilidades de negociación y compromiso para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias, claro, sin olvidar que también es importante saber perdonar y soltar resentimientos pasados para poder avanzar juntos. Para lograr esto podemos seguir algunas orientaciones:
3.1 No atacar a la persona
Es muy fácil decir frases que van directamente a hacer daño.
Es posible que nuestra pareja haya hecho cosas mal, y que tengamos razón al
decírselo, pero transformándolo en un ataque no es la mejor manera.
Estos comentarios llenos de bilis nos salen del interior, y
nos satisfacen a corto plazo. Estamos soltando un poco (o mucho) la tensión.
Pero después, ese ácido se transformará en sufrimiento, distanciamiento,
frialdad. La relación quedará dañada, a veces sin haber posibilidad de
cicatrización, siendo la causa directa de la ruptura.
3.2.- Buscar una solución conjunta
Toda pareja tiene necesidades, problemas que deben ser
resueltos. Como la pareja es cosa de dos, es necesario que la solución sea
consensuada.
Buscar una solución conjunta, pactada por ambos y en la que
se esté de acuerdo es una muy buena forma de asegurarse de que la relación se
mantiene viva. Así ambos nos sentiremos escuchados y respetados, lo cual nos
ahorrará reproches en un futuro.
3.3.- Ceñirse a los hechos
Un esposo o una esposa siempre harán algo que no le gusta a su pareja, a momento de comentárselo es muy importante ceñirse a los hechos, sin
exagerar las cosas o generalizar, ni suponer, aunque creas tener razón.
A nadie le gusta que le digan que hace todo mal. Es muy
importante limitarse a la realidad, indicar aquello que no nos ha gustado sin
añadirle detalles innecesarios o usar frases como “siempre haces lo mismo” o “nunca
haces nada bien”.
Finalmente...
Puedes obtener el conocimiento para practicar la inteligencia
emocional y fomentar un matrimonio fuerte y saludable. Controla tus emociones y
sé sensible a las de tu cónyuge, responde de manera que ambos se sientan bien.
Pastor Heyvi Castillo.
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