Los Conflictos en el Matrimonio

 

En todo matrimonio habrá estaciones de conflictos, no es lo deseado, sin embargo, estarán allí. Lo importante es saber cómo abordar esos momentos de crisis; pensar que frente al conflicto en la pareja uno de los dos debe tener el dominio ante su pareja entonces, se rompe la confianza, se levantan muros de protección y se eligen armas cada vez más destructivas: insultos, desprecios, gritos, manipulación y hasta la aplicación de fuerza física, se traen al presente cosas del pasado, y se mejoran cada vez más las estrategias para salir "victorioso" de ese conflicto, porque el pensamiento es: "debe haber un ganador". Más temprano que tarde, el conflicto repetitivo con ese patrón y además sin resolver, destruirá el matrimonio.

2 Corintios 13:11

Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.

Pero, ¿Qué pasa si en vez del camino del conflicto seguimos un camino de interacción? La interacción es diferente. Seamos honestos, cada matrimonio tiene conflictos. Se puede manifestar con diferentes elementos, pero los hay. Honestamente, si una pareja me dice que nunca ha tenido un conflicto, yo pensaría una de dos cosas: o están completamente desconectados o no están siendo honestos conmigo. ¡El matrimonio está diseñado para el conflicto! Somos esencialmente diferentes, y las diferencias pueden causar conflictos. O bien aceptamos nuestras diferencias, o las dejamos separarnos. Nos demoramos mucho tiempo en entender esto, pero cuando lo hicimos, nuestro matrimonio cambió totalmente. Pasamos de pelearnos a interactuar.

Hay mucho para aprender de la Biblia pero hay sólo un versículo corto que se cambia conflicto en interacción. 

Santiago 1:19 dice, 

“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.” 

Eso es todo. Analízalo. Escucha a tu esposo. Realmente escucha y valora lo que dice. Acepta las diferencias. Toma tu tiempo antes de hablar para que no digas algo que puedas arrepentirte más tarde. Escucha a tu esposa, ten en cuenta que ella quiere lo mejor para ambos. Finalmente, controla tu ira. Esto podría ser difícil para algunos de ustedes, porque nunca la han controlado o bien no lo han controlado hace mucho tiempo. Estos sugerencias pondrán un manto en el conflicto y establecerán un ambiente para interactuar, donde las diferencias pueden ser resueltas y valoradas.

Pastor Heyvi Castillo