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sábado, 14 de diciembre de 2024

NUEVA VIDA ¿Y LOS MALOS HÁBITOS? (2da Parte)

 



Romanos 6:4  

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

 

    El tema de los malos hábitos no es tan complejo si se define a la luz de la escrituras, sin prejuicios y sin la influencia del ego (el yo), tengo que aceptar mis errores. Siempre debemos observarlo a la luz de:

Romanos 12:2 

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 

    Es la voluntad de Dios lo que debe determinar mi comportamiento o mis hábitos, no es mi propia perspectiva de la vida, por ello, debemos morir en Cristo para que el ego baje del “trono”.

Hay un camino; podemos buscar ayuda para disminuir y eliminar esos malos hábitos. No es un movimiento mágico ni tampoco una pastilla inmediata, requiere disciplina:

1. Identifica y rompe las cadena que te atan a los hábitos dañinos. Es necesario que identifique claramente aquellas cosas que necesitas cambiar, esas que no edifican, que no te convienen, claramente podemos hacer una lista de eso ya que el apóstol Pablo nos abre camino al respecto: 

1 Corintios 10:23 

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

     Es un desafío que debe enfrentarse en forma realista, porque es muy difícil romper un hábito y mucho más reconocer que es un mal hábito y por supuesto que lo practico. No basta con desearlo; debemos trabajar para lograrlo. 

    El apóstol Pablo lo pone en perspectiva cuando dice: 

Romanos 7:24: 

¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

    Toma como práctica constante que el apóstol Pablo expresa en 

Filipenses 4:13: 

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece

    La perspectiva de romper las cadenas de los malos hábitos debería ser motivación suficiente como para lograr la victoria final.

2. ¿Tienes la seguridad de haber experimentado esa relación permanente con Cristo que le dará el poder que Dios promete para producir el cambio?

Romanos 6:6

sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

3.  . La cura no es instantánea ni es fácil, requiere diciplina de tu parte, no rendirse y ser decidido, tener la voluntad de continuar no importa lo que cueste:

Romanos 12:11-12

11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;

    Siempre es posible que bajo la guía del Espíritu Santo podamos transformar nuestras hábitos y darles forma hacia lo que Dios quiere de ti, para ello debes escudriñar su Palabra.


Pastor Heyvi Castillo.


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